Días inolvidables en la entidad azulina
Los días 24 y 25 de junio de 2017 quedarán en la memoria de la afición ecijanista.
El Écija Balompié obtuvo en la noche del sábado en tierras setabenses el ascenso a la Segunda División B. Así, la entidad azul y blanca recupera la categoría tres campañas después, competición que nunca debió perder.
La hazaña de un ascenso no se celebraba en Écija desde hacía exactamente veintidós años, cuando los hombres por aquel entonces amaestrados por Manolo Wic, conquistaron la división de plata en la 1994/1995 en casa ante el Levante U.D., por lo que el pueblo astigitano se volcó con sus jugadores.
Ayer domingo, después del almuerzo del equipo, los protagonistas se subieron al autocar urbano, más conocido en la ciudad como “el trompo”, dirección al Palacio de Benamejí, donde serían recibidos por las máximas autoridades municipales. La plaza de la Constitución, repleta de aficionados con su indumentaria azulina, esperó al plantel de Juan Carlos Gómez con el fín de vivir una tarde noche inolvidable de celebración.
Desde la “calle Nueva”, por la estrechez de la calle Galindo, se adentraban los héroes con los móviles en mano sin imaginarse lo que les esperaba. Subidos al balcón principal del museo, jugadores y afición intercambiaron cánticos de agradecimientos, para después pasar al salón de plenos y ser recibidos por el alcalde.
Una vez finalizado el acto protocolario, pusieron rumbo al estadio San Pablo, previo paso por la rotonda de Miguel de Cervantes, donde le dieron color azul y blanco al monumento. El feudo esperaba. Unas gradas de tribuna repletas disfrutaron de la fiesta final. Los jugadores y cuerpo técnico fueron presentados uno a uno siendo reconocidos por la parroquia astigitana. Los más laureados, el capitán Alejo y el míster cordobés.
