El técnico astigitano valoró los tres puntos a la conclusión del partido ante el Calavera.

Mario Tirado no las tenía todas consigo, «la verdad es que antes del partido tenía mis dudas de cómo se comportaría el equipo en un campo tan duro y difícil como es este», aunque reconoció que a medida que transcurría el encuentro «mis jugadores se partían la cara literalmente y sabía que el partido no se nos escaparía».

Quiso reconocer a todos sus futbolistas: «en la puerta, Úbeda dio confianza y la zaga no tenía fisura, Vázquez cumplía y el centro del campo, Villa y Álvaro, estaban soberbios. Copete incansable y Evaristo fue de menos a más. Iván y Jero trabajaron de lo lindo. Todo funcionaba». También se acordó del banquillo «el que salió, aportó y mejoró. Eso es lo que un entrenador busca en los cambios».

Visto lo acontecido «me recordó al equipo del ascenso pero hay que seguir partido a partido con humildad». Tirado argumentó «la máquina funciona y eso me hizo disfrutar como antes».

Concluyó muy contento con todos, «los veteranos tiraron del carro y los jóvenes no se arrugaron».