Foto: redacción
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Tras saltar la trágica noticia sobre la muerte de Miguel Alcántara, un aficionado nos remite este pequeño homenaje donde deja constancia el amor por un club, el amor por el Écija Balompié.

La noche del martes se fue un gran jugador, un gran portero, pero sobre todo una gran persona.

En el momento de la despedida no sería justo que la afición olvidara a ese portero de leyenda, que fue Miguel Alcántara. Su talla como futbolista la podemos equiparar a su altura como persona.

Son miles las anécdotas que os podría contar de Miguel, en su extensísima trayectoria defendiendo los colores del Écija Balompié. Hasta cerca de los 40 años Miguel defendió las porterías del San Pablo, sólo con esa edad queda a la altura de los grandes mitos como el eterno portero de la selección inglesa, Peter Shilton.

Esta noche se nos fue Miguel. No podía irse otra noche que no fuera con lluvia. Curiosamente después de casi mes y medio sin llover, esta noche ha llovido de lo lindo. Ese era el escenario donde recuerdo a Miguel, bajo la lluvia en el San Pablo. Camiseta verde con ribetes negros; calzón negro y medias del mismo color. Sus manos la cubrían esos eternos guantes amarillos con topitos negros de goma, marca Mikasa. La afición detrás de la portería empapándose con el equipo, aún no había llegado ni la tribuna cubierta ni el césped al San Pablo. El campo de albero convertido en un barrizal. Delante nuestra y de espaldas la eterna figura de Miguel delante de su portería, celebrando los goles cuando marcábamos y animando a sus compañeros cuando era al contrario. Ese es el recuerdo fotográfico que tengo yo de Miguel Alcántara.

Aún recuerdo una anécdota que definía el gran portero que disfrutamos exclusivamente en Écija durante tantas temporadas. Fue en Montilla tras un corner el balón quedó suelto en el área pequeña y entre una multitud de botas y patadas al aire apareció la figura de Miguel gateando por el suelo y agarrando el balón. ¿Valentía o osadía? No, amigo, amor por un club, durante toda una vida. Lástima de ese brazo que se te rompió y que te impidió dar el salto al Sevilla, pero así es la vida de un futbolista.

La pasada noche que te fuiste Écija estaba chorreando de agua, las porterías del San Pablo, también, pero sobre sus palos no había gotas de lluvia eran lágrimas por quien durante tantos años las defendió. La pasada noche de lluvia se nos fue Miguel Alcántara, un portero de leyenda del Écija Balompié.

Un aficionado.