El entrenador del Écija Balompié, David Páez, compareció en sala de prensa al término del partido frente al Cádiz C.F. «B».

El técnico azulino, bastante molesto, con los errores que conllevaron a los goles cadistas, «no podemos regalar lo que regalamos contra un equipo con este potencial. Regalamos los tres goles contra uno de los mejores equipos de la categoría».

Páez indicó que el gol de Peter fue un punto de inflexión, «lógicamente, a partir del primer gol, cambia el partido. Hablando con Pavón afuera, el primer gol cambia todo el partido».

En el descanso, explicó, «corregimos las situaciones que estaban mal en la primera parte. Se vio que volvíamos a ir por el partido. Tuvimos diez minutos decentes. A partir del segundo gol, el equipo se vino un poco abajo. Había imprecisiones, no había juego ni por fuera ni por dentro. Es un varapalo duro. Tenemos que seguir remando todos en la misma dirección».

Fue preguntado por las escasas ocasiones realizadas por parte de su equipo, «es un buen equipo y se organizan bien. Si miráis las estadísticas de este equipo, lleva cinco partidos sin encajar ningún gol. Nosotros, en la primera parte, generamos más que ellos, bastantes centros laterales que no rematamos. Y ellos, con un tiro desde lejos pues nos metieron un gol sin hacer nada. En la segunda parte, el mazazo del segundo gol pues sí que nos influye, y el equipo se viene abajo. No tiene ni juego entre líneas, ni contraataque, ni juego por fuera» achacó.

La derrota supuso frenar una racha positiva, «más ilusión que nosotros no tenía nadie. De los últimos doce puntos hacer siete, solo el Córdoba había conseguido diez, tres más que nosotros, nadie más. Es un varapalo duro».

Fue preguntado por las expectativas de principio de temporada, «la realidad es la que marca la tabla. Nosotros trabajaremos al máximo para intentar revertir la situación lo antes posible. Por trabajo no va a ser. Es cierto que no podemos evadirnos de la realidad y tras diez jornadas estamos en la zona baja de la clasificación».

Habló sobre el grupo, «el vestuario, cada vez que encajas una derrota, no está bien. Al acabar el partido hablamos de reponer el equipo. Ahora mismo no podemos hacer más sangre».