En la ciudad del sol, donde las torres son muchas, el Écija con sus goles al San Pablo da ilusión.
En la tarde del lunes 16 de marzo de 2020 se nos fue Ramón Freire Gálvez, ilustre astigitano, a los 67 años y tras una larga enfermedad.
Nosotros queremos recordarlo con un fragmento que él mismo redactó en el libro “Historia de nuestro fútbol”, relatando cómo se produjo la creación del himno del Écija Balompié allá por el año 1989, cuando el fútbol ecijano cumplía cincuenta años de vida.
“Salió el himno -prometo como autor del mismo- que estaba hecho. Solo convertirse en pájaro, volar sobre nuestra ciudad de torres y se cantaba.
ÉCIJA BALOMPIÉ, grito que resuena con fuerza en tardes de gloria, cuando se juega a campeón. Equipo representativo de la ciudad del Sol, donde las torres para no contarlas son muchas, y los goles en el San Pablo (nombre del patrón) lemas de ilusión. Las aguas del Genil reciben ecos de las voces de aliento a los colores azul y blanco que hacen temblar al viento.
Ya tenía himno la afición, poder cantarlo como campeones con alegría e ilusión. Solo eran letras, creadas por el sentimiento ecijanista, pero faltaba lo más importante, música y voz.
Conocedor del arte, -aún pendiente de descubrir por muchos- que en nuestra tierra influye, tenía que buscarlos en Écija y encontrarlos.
Y los encontré, claro que los encontré. Joselu, le dije, necesito una música de tal característica para ésta letra, y que constituye el himno de nuestro Écija Balompié. Todavía no me he enterado si a José Luis Asencio -que buen músico tenemos en Écija-, le gusta o no, entiende o no de fútbol, pero yo sí tenía claro, que yo no sabía de música absolutamente nada, a pesar de lo mucho que me puede ilustrar antes de hablar con él.
Cuando me dijo sí había tenido en cuenta la métrica, después de haberle aclarado no sabía de música, se quedó sorprendido al contestarme que si -solo sabía por los libros (que seríamos sin ellos), que la métrica eran ocho sílabas que formaban un verso en dicha medida para poder aplicarle música.
Hizo una prueba con sus muchos instrumentos y entre ambos decidimos que no había voz solista mejor que la de (monstruo) RAFAEL ARROYO.
Yo quería un coro que entonarse el Écija Balompié. ¿Por qué no los componentes del grupo Los Relojes (éxito importante el suyo en los Carnavales de 1989) que eran algunos socios y todos aficionados al fútbol? Adelante pues, todo estaba programado y se grabó una prueba en un cassette de forma casera.
Los aplausos que la organización dispensó las tres veces que lo escuchamos en la siguiente reunión, eran la mejor prueba de su aceptación.”
Una vez realizada la maqueta, había que grabarlo en un estudio…
“…grabar el himno en los estudios Sonisur de Montilla. Un neófito en la materia como yo, pensaba que con llegar, cantar y recoger las cintas. Llegó el día concretado. En Montilla, sábado, bromas y nervios se alternaban con frecuencia, bromas en los que cantaban por la seguridad en sí que tenían, nervios en mi persona, no solo como autor de la letra sino como responsable de tamaño compromiso.
Empezamos a las diez de la mañana y finalizó hacia las dos de la tarde, aunque es verdad que al final conseguí traerme una copia para oírla, y reconozco que hicieron un trabajo serio y valioso todos cuantos intervinieron, tanto que desde entonces valoro importantemente a cualquier cantante que graba. Como ejemplo, imagínense por un momento, si en lugar de grabar el himno, que solo dura tres minutos aproximadamente, donde tardamos cuatro horas, hubiese grabado un disco estilo Julio Iglesias…todavía estaríamos allí.”